Hoy me sentí “profeta en mi propia tierra” porque la legislatura de Puerto Rico me hizo un emotivo reconocimiento en el palacio de las leyes: El Capitolio.
Recibir semejante honor por mis 30 años de carrera fue la culminación de un sueño que empezó en mi islita. Fue aquí donde comencé mi carrera, en una estación local que me permitió salir a reportar en todo el mundo. ¡Fue aquí que tuve mi primera oportunidad!
Estar aquí en este Palacio de las Leyes donde mi papá, José Enrique Arrarás fue legislador durante tantos años, fue doblemente especial.
Recibir la medalla Presidencial de la Cámara de Representantes ante mi papá me llenó de un inmenso orgullo. Tener a mis padres vivos y a mi lado en este día…¡no tiene precio!