
Siempre hay una primera vez para todo en la vida, y algunas son inolvidables. Como el momento en que este precioso oso polar bebé del zoológico de Toronto descubre la nieve. Le quedan muchos años por delante para vivir en su elemento, pero por ahora la nieve es algo nuevo y fascinante con lo que le apasiona jugar. Y como tiene todo el tiempo del mundo para hacerlo, ahí está el osito, bien concentrado en experimentar con esa “cosa” blanca y fría tan divertida.