Mi lugar favorito en Sintra, Portugal fue la Quinta da Regaleira. Entrar allí es como transportarse a un mundo misterioso y mágico. La Quinta cuenta con varios acres de terreno donde se encuentra un palacio con lujosos jardines, lagos, grutas y edificios enigmáticos. En resumen, son lugares que esconden significados relacionados con la alquimia, la masonería, los templarios y la rosacruz.
Cuando uno llega, le entregan un mapa, y parte del encanto del paseo consiste en descubrir cuál es el camino por un laberinto de grutas y pasadizos que lleva al pozo iniciático. ¡Es un reto divertido por un camino en el que da gusto perderse!
Si uno descifra el mapa, se encuentra con el pozo iniciático, que es como una “torre invertida”, sin duda una de las atracciones más apasionantes de sus jardines. Se trata de un profundo pozo de piedra en forma de espiral, con nueve pisos conectados entre sí por varios tramos de escaleras.
Es como estar dentro de una película mágica, y por eso tomé muchas fotos para que ustedes también puedan disfrutarla:
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A mis espaldas una espléndida vista del Palacio.
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El clima en Sintra donde está la Quinta es siempre más fresco.
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Este mágico lugar se presta para la contemplación. Sus jardines están llenos de especies exóticas de árboles y plantas. Ellos sorprenden por sus túneles secretos, sus cascadas escondidas y sus bellísimas fuentes.
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El jardín cuenta con plantas y árboles traídos de todas partes del mundo.
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La Quinta cuenta con cosntrucciones que evocan las arquitecturas romántica, gótica, renacentista y manuelina.
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En esta fuente aparecen mis iniciales "MC" pero se debe a que el dueño de la Quinta se llamaba Carvalho Monteiro "CM".
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Paredes pintadas a mano.
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Esta era la chimenea del salón de estar.
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Detalle de una sala del palacio.
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Destaca especialmente la Capilla de la Santísima Trinidad, que permite bajar a la cripta y también bajar por una escalera en espiral al monumental pozo iniciático donde el visitante atraviesa una gruta que le conduce hasta un sorprendente lago situado en medio de los jardines.
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¡A punto de entrar a la red de pasadizos!
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Entre gruta y gruta, ¡se descubre un oasis!
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Uno de los muchos pasadizos para llegar a la meta: el pozo de la iniciación (en persona el túnel es mucho más oscuro).
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Eso verde que ven a mis espaldas son algas flotando y cubriendo el estanque en su totalidad.
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¡Llegué el pozo de la iniciación!
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El tope de la torre invertida, ¡lo logramos!
