“Cuando en Roma… ¡hay que hacer lo que hacen los romanos!” eso dice el refrán. Por lo tanto, cuando en Porto, Portugal… ¡hay que aprender sobre su famoso vino Porto!
Usualmente, este tipo de vino se toma para acompañar un postre, como un cordial. Su origen proviene de los británicos, quienes vinieron a la zona del valle del Douro hace siglos y comenzaron su elaboración.
Me fui a una degustación y paseo en las bodegas de la empresa Graham’s en la zona de Gaia, donde toma lugar la maduración del vino en inmensos barriles. Aquí comparto las fotos de lo que fue esta interesante experiencia.
Aprendí que las botellas de Porto Rubí son las de los vinos más jóvenes y más dulces. Las botellas del Porto añejo son las más cotizadas, algunas se venden en subasta ¡comenzando en $6,000 dólares! Las que dicen “Tawny” son hechas en barriles más pequeños, y por lo tanto, tienen una calidad más alta y son menos dulces.
El vino Porto pertenece al género de vinos conocido como vinos ‘fortificados’ – lo que quiere decir que, en su proceso de elaboración, incorpora procesos especiales para aumentar su estabilidad y aumentar su graduación alcohólica, sin perder por ello su condición de derivado 100% de la uva.
Eso fue lo que pasó con estos vinos, los cuales nacieron en los siglos XVI y XVII, como producto de la adición de aguardiente al vino cuando está en proceso de fermentación. De este modo, se consiguió la estabilización del vino, logrando que resistiera las variantes temperaturas y humedades del largo trayecto marítimo que el comercio de la época imponía.
Como comenté al principio, este vino generalmente se sirve al final de la comida, con una selección de quesos, frutas secas y frutos secos. También, puede servirse frío, como un delicioso aperitivo.