Lo mejor de esta semana fue mi viaje a Barcelona, España y a Lisboa, Portugal.
Vamos a estar claros: una ciudad es mucho más que los típicos monumentos turísticos, es la vibra que te da su gente. Pienso que uno de los beneficios de viajar es para conocer y conocerse así mismo. Por eso, cuando viajo, trato de caminar las calles de la cuidad aunque sea por unas horas, sin agenda. Eso hice en todos los sitios que visité en esta oportunidad. Hay que transitar sin mirar al reloj, y en el proceso, uno le agarra el ritmo a ese lugar.
Aquí les muestro mis fotos favoritas de ambas ciudades, que precisamente tienen que ver con el contacto con sus residentes.