Hace 11 años que vengo decorando el mismo arbolito de Navidad. Es un árbol artificial, pero de tan buena calidad que parece de verdad. Hasta en persona, ¡todo el mundo piensa que es un pino real¡ Me lo regaló un amigo que tiene una tienda de decoraciones navideñas en Miami y quedé encantada porque pensé que con un árbol artificial estaría ayudando al medio ambiente. ¡Ahora descubro que eso no es así!
Resulta ser que es muy probable que un gran porcentaje de los arbolitos artificales son fabricados con un PVC o plástico que no es reciclable, lo que a la larga, cuando lo desechamos, es contaminante para nuestro planeta. De hecho, se concluyó que para que un arbolito artificial sea más “eco-friendly”, es decir, más ecológico, debe ser usado por lo menos durante 20 años.
Por su parte, existen granjas que cultivan los árboles naturales específicamente con el fin de ser vendidos en la época navideña cada año. Lo que esto significa es que al comprar árboles naturales, no estamos dañando al medio ambiente ni deforestando los bosques. ¡Esos árboles no son tocados! Las granjas desarrolladas para este propósito crean un ecosistema para animales e insectos, e incluso proveen de empleo a decenas de personas, por lo que todo acerca de los árboles naturales es bastante positivo.
Es tu desición comprar el árbol que mejor te convenga, sólo ten presente los pros y contras de cada opción y comprométete con el bienestar de nuestra tierra. Después de todo, es nuestra gran casa.
Por mi parte, me faltan unos 9 años más con mi arbolito artificial para poder hacer una diferencia a favor del medio ambiente. Así que pienso cuidarlo muy bien, ¡pues para mí es demasiado importante el bienestar de nuestro planeta!