Bienvenidos a mi casa, donde dejo de ser María Celeste Arrarás para convertirme en Mari, aunque el nombre que escucho aquí con más frecuencia es ‘Mami”.
Esta casa está construida alrededor de un roble centenario que no quisimos cortar.
Durante años estuve recortando páginas de revistas de decoración y guardando detalles que me gustaban, porque quería que todo tuviera mi estampa.
Cuando llegó el momento, saqué aquella especie de enciclopedia que tenía guardada y me di cuenta que había algo en común. Era un estilo como el que ves en aquellas casonas de México o de Colombia, ese toque español colonial.
Yo quería que esta casa se viera elegante pero a la misma vez acogedora, que llegaras y no te diera pena subir los pies y sentirte cómoda.
Pero para mí lo más importante es que esta casa hace mucho tiempo dejó de ser sólo eso: la casa de mis sueños para transformarse en el hogar de mi familia.